AdR se une a la solicitud de BIC del Real Monasterio de Santa Cruz de la Serós de Jaca

La Asociación Amigos del Románico, por medio de nuestra Coordinación AdR Aragón y de su Coordinador Luis Lansac, ha presentado ante el Gobierno de Aragón, la solicitud como Bien de Interés Cultural del Real Monasterio de Santa Cruz de la Serós de Jaca, tras la invitación a unirnos a la iniciativa de la Asociación Sancho Ramírez.

El Real Monasterio de Santa Cruz de la Serós de Jaca es un complejo monástico situado en pleno corazón de la ciudad de Jaca. Es un espacio absolutamente singular por varias razones: primero, por haber albergado hasta fechas recientes la institución viva más antigua de Aragón, a saber, la comunidad femenina de monjas benedictinas fundada por la realeza aragonesa en Santa Cruz de la Serós en la segunda mitad del siglo XI; segundo, por el valor arquitectónico del conjunto monástico, erigido en el siglo XVI sobre el que fuera palacio de los reyes de Aragón en Jaca; tercero, por el valor artístico del arte mueble que alberga, con joyas del arte románico como el sarcófago de doña Sancha; cuarto, por la importancia de su archivo, que contiene documentación generada por las monjas a lo largo de la historia y, además, del vecino monasterio de San Juan de la Peña; y quinto y último, por la vinculación afectiva de los ciudadanos de Aragón  con la comunidad benedictina, y su iglesia. 

Por estas razones, la Asociación Amigos del Romanico, solicita la declaración del monasterio, su arte mueble y su archivo como Bien de Interés Cultural.
Según apuntan los trabajos del arqueólogo Alberto Gómez, en el solar del actual monasterio se erigió el primer palacio de los monarcas aragoneses, un complejo que constaría de varias dependencias para hospedar a la realeza y a su séquito, así como de una iglesia, la de San Ginés, con una cripta conocida como “iglesia de Santa María baxo tierra”. Esta cripta, que albergaba las pinturas datadas en torno a 1200 que hoy se exponen en el pequeño museo del monasterio, fue el escenario del juramento de los oficios del concejo jaqués durante décadas. Mientras que el espacio residencial fue alienado por los monarcas aragoneses en el transcurso de la Edad Media, la iglesia fue cedida a la cofradía de San Ginés.

Las monjas benedictinas del Monasterio de Santa Cruz de la Serós llegaron a Jaca el 1 de julio de 1555. Su traslado había sido ordenado por Felipe II y autorizado por el papa Julio III. El monarca obligó a la ciudad de Jaca a construir un nuevo monasterio junto a la Iglesia de San Ginés, que él mismo cedió a las monjas. El concejo jaqués tomó prestadas 8.000 libras en censales para sufragar la construcción del monasterio, todavía inconcluso a la llegada de las religiosas. Las cartas reales conservadas en el Archivo Municipal de Jaca atestiguan la precaria situación financiera en que quedó el concejo al costear las obras del monasterio.
La llegada de las benedictinas supuso una transformación del primitivo espacio palaciego: se construyó un claustro junto a la iglesia en torno al cual se dispusieron las diferentes estancias monásticas (refectorio, dormitorio común, oficinas). La iglesia se reformó para adaptarla a la vida monacal. Un tiempo más tarde, a comienzos del siglo XVII, las monjas adquirieron los edificios que habían constituido el palacio real, en el actual colegio y hospedería, que sirvieron durante décadas como residencia del director espiritual de la comunidad. En un momento todavía por concretar, el espacio entre el complejo monástico y la muralla todavía existente fue integrado también en el complejo monástico, siendo utilizado como huerta. A excepción de la iglesia, que fue transformada en torno a 1730, el conjunto permaneció prácticamente inalterado hasta la década de 1940, cuando las abadesas Virtudes Fernández y Milagros Goñi emprendieron una serie de reformas arquitectónicas que supusieron una ampliación y transformación significativa del complejo monástico, construyendo nuevas celdas, biblioteca, archivo, colegio, hospedería y otras dependencias con diferentes funciones.

El monasterio y la iglesia albergan una serie de piezas de arte mueble de valor indudable. Además del sarcófago de doña Sancha, que contiene los restos de la condesa, sus hermanas, su abuela y otros miembros de la familia real aragonesa y que fue trasladado a Jaca en 1622, por iniciativa de la abadesa Gerónima Abarca, el monasterio cuenta también con varios retablos, tallas e imágenes de época medieval, moderna y contemporánea, un magnífico órgano barroco de mediados del siglo XVIII, un mueble de archivo o el báculo de la citada abadesa Gerónima Abarca, entre otras piezas inventariadas a finales del siglo pasado. Cabe recordar que la comunidad poseyó hasta finales del siglo XIX los marfiles donados por la reina Felicia, esposa de Sancho Ramírez; actualmente, esta magnífica pieza de arte medieval se encuentra en el Museo Metropolitano de Nueva York.
En lo que se refiere a patrimonio documental, en el monasterio se conserva un fragmento de un antifonario excepcional de comienzos del siglo XII, estudiado entre otros por la catedrática de la Universidad de Viena Susana Zapke. Además, el archivo del monasterio contiene la documentación generada por la comunidad en el transcurso de los siglos, además de una parte significativa del archivo del Monasterio de San Juan de la Peña. También se conservan en el monasterio fotografías únicas del siglo pasado, así como varias decenas de cartas de profesión de las monjas, datadas entre los siglos XVII y XX, de bella factura.
Por último, es necesario destacar el inmenso valor afectivo y la estrechísima vinculación emocional de todos los Aragoneses.

Tras la inesperada marcha de la comunidad benedictina al monasterio de la orden en Alba de Tormes, el complejo monástico queda en manos de la Congregación de Santa Hildegarda, que agrupa a todas las benedictinas de España. Las intenciones de las propietarias y los administradores del monasterio son todavía desconocidas. Dado que sólo el sarcófago de doña Sancha y las murallas cuentan con un cierto grado de protección y ante la posibilidad de que el resto del monasterio sufra deterioro o expolio, la Asociación Amigos del Romanico, insta al Gobierno de Aragón a que declare el conjunto monástico Bien de Interés Cultural del Patrimonio Cultural Aragonés. Para ello, cursa esta solicitud y recabará todos los apoyos posibles para lograr que el patrimonio material e inmaterial del monasterio sea inventariado, conservado y puesto a disposición del público.

Identificación del bien: Real Monasterio de Santa Cruz de la Serós de Jaca
Ubicación del bien: Calle Mayor, 52, Jaca (Huesca), 22700; referencia catastral: 1460617YN0116S0001BS.

Amigos del Románico. Coordinación AdR Aragón.