
La comunidad académica y el mundo del patrimonio histórico han recibido con profunda tristeza la noticia del fallecimiento de Isidro Bango Torviso (1943–2025), uno de los historiadores del arte medieval más influyentes de las últimas décadas y una referencia imprescindible para todos los que amamos y estudiamos el románico y el patrimonio medieval hispánico. Doctor en Historia del Arte y catedrático de la Universidad Autónoma de Madrid, Isidro Bango desarrolló una trayectoria excepcional marcada por el rigor, la pasión investigadora y una inagotable capacidad para abrir caminos nuevos en la interpretación del arte medieval. Su labor docente formó a generaciones de historiadores, restauradores y gestores del patrimonio; su trabajo académico amplió de manera decisiva nuestra comprensión del mundo románico; y su compromiso con la difusión cultural hizo posible que muchos ciudadanos descubrieran la riqueza y diversidad del arte medieval peninsular.
A lo largo de su extensa vida académica, Bango Torviso dedicó buena parte de sus esfuerzos al análisis del románico hispano, con especial atención a su contexto social, litúrgico e institucional. Su aproximación metodológica —siempre multidisciplinar y fundamentada en las fuentes históricas— renovó la forma de estudiar la arquitectura y la iconografía medieval, alejándose de visiones puramente estilísticas para poner en valor la función, la memoria y los usos simbólicos de los espacios sagrados.Entre sus aportaciones más destacadas figuran sus estudios sobre la liturgia y el espacio arquitectónico, la configuración del templo medieval, la relación entre poder y representación artística, y la interpretación del románico en el marco cultural europeo. Sus obras y artículos son aún hoy referencia obligada en universidades e instituciones de investigación.
Además de investigador y profesor, Isidro Bango fue un incansable divulgador. A lo largo de su vida dirigió y comisarió importantes exposiciones que acercaron el arte medieval al gran público. Entre ellas, la recordada serie Las Edades del Hombre, que contribuyó de manera extraordinaria a renovar el interés social por el patrimonio histórico y religioso.Su capacidad para explicar el arte con claridad y profundidad, acompañada de un enorme respeto por las obras y por la historia que representaban, le convirtió en una figura querida y admirada por estudiantes, colegas y aficionados.
Para quienes formamos parte de Amigos del Románico, la pérdida de Isidro Bango supone también la despedida de un maestro cuya obra ha inspirado nuestro propio compromiso con la protección, difusión y estudio del patrimonio medieval. Sus investigaciones continúan iluminando las rutas que seguimos cuando contemplamos un capitel, un tímpano o una nave románica, y su magisterio permanecerá vivo en cada persona que se acerque al arte medieval con rigor y sensibilidad.Desde estas líneas, enviamos nuestro más afectuoso pésame a su familia, amigos y discípulos, y rendimos homenaje a una figura fundamental en la historia reciente de los estudios sobre el románico y el arte medieval español.
Descanse en paz, profesor Bango.