LIII JORNADA ROMÀNIC LOCAL CATALUNYA -ANDORRA

VALLESPIR 19 i 20 DE JULIOL

Siguiendo la estela de la Jornada de Románico Local del pasado verano en Andorra, nos hemos convocado esta vez en el Vallespir, una comarca del sur de Francia que hasta el Tratado de los Pirineos en 1659 formaba parte de Catalunya. Durante dos días nos acompañara Michel Desmiers en este recorrido, originario de la zona. 

Arrancamos el sábado bien temprano delante de la fachada de la abadía de Santa María de Arles del Tec. Allí admiramos su imponente fachada donde se conservan algunas de las primera manifestaciones de la escultura románica, emparentadas a las de Sant Genís de Fontanes y Sant Andreu de Sureda, así como una escultura funeraria atribuida a Ramon de Bianya. El interior también muestra un gran interés, sobre todo por lo que respecta a la doble cabecera, a su ábside decorado con frescos dedicados al arcángel San Miguel y a los interiores de los armarios decorados con cenefas románicas. Este antiguo cenobio es el más antiguo documentado en Catalunya y presenta unas características que lo hacen apasionante. 

Ya inmersos en la belleza del románico del Vallespir nos dirigimos a las afueras de Cortsaví para visitar la iglesia de San Martí. Esta iglesia permaneció en ruinas hasta 1981 al haber sido abandonada en el siglo XVI, hasta que varias personas del municipio decidieron rescatarla. A lo largo de los años se ha ido reconstruyendo con criterios algo cuestionables pero que han supuesto la conservación y la puesta en valor del edificio. En el 2022 se ha reconstruido su campanario que luce flamante en la actualidad. 

Nos detenemos en el restaurante la Reserve de Arles donde tras una comida tranquila procedemos a los tradicionales sorteos.

Por la tarde nos esperan más emociones románicas. Continuamos nuestro periplo del primer día por la fantástica iglesia de Sant Andreu de Montboló, de carácter fortificado y cuyo encanto reside, entre otros aspectos, en conservar todo su mobiliario litúrgico de diferentes épocas, entre los cuales destaca una talla de la Virgen de época románica. Además, tiene la singularidad de disponer de dos ábsides encastados en el muro oriental, cosa poco habitual tanto en el número como en su ubicación, que los hace invisibles desde el exterior. A la salida unas personas del municipio nos invitan a un refrigerio en las dependencias del ayuntamiento. Las visitas de Amigos del Románico al románico mas rural y desconocido sirven para poner en valor algunos de estos edificios, es por ello que incluimos en nuestras Jornadas estos edificios que a veces pasan desapercibidos en las monografías del arte románico. Y estas personas locales valoran nuestra visita y nos honran con su hospitalidad. 

Seguimos nuestra ruta visitando la encantadora iglesia de Santa María de Serrallonga. Son varios los aspectos que hacen de esta iglesia destacable. Para empezar, su completo conjunto de herrajes de la puerta que incluyen la firma “Ber(Nardus): Faber Belim: Me fecit” en la balda del cerrojo. Además, la puerta presenta una serie de incisiones que se supone servían de defensa, y en las cuales se insertaban lanzas, en lo que Michel definió como una “puerta-erizo”. Su interior dispone, nuevamente, de un interesante mobiliario litúrgico de diferentes épocas. 

Acabamos la primera jornada en la iglesia de Santa Maria de Costoja, sin duda uno de los platos fuertes del fin de semana. Su portada es excepcional, resguardada por un pórtico, presenta una decoración compleja emparentada con las de Lledó, Cistella y Navata (¿pueden constituir una futura Jornada de Románico Local?). Destaca el tímpano con motivos vegetales que nos recuerda a San Pedro de Cervatos. El interior también es sorprendente, disponiendo de dos capillas que forman un transepto inapreciable al exterior y que se presentan en una solución inédita que nos lleva en la mente a San Juan de Duero. No acaban aquí nuestras sorpresas, cuando ya disponíamos a abandonar el lugar, un lugareño se nos ofrece para abrirnos el camerino de la virgen, y él mismo se presenta como ¡descendiente de Ramiro I en su 29ª generación! 

Un día repleto de emociones y sorpresas preludio de lo que veremos en la siguiente jornada de domingo. 

Arrancamos a primera hora, como nos gusta a los amigos del románico, la segunda jornada que estará dedicada a los conjuntos pictóricos del Vallespir. La primera visita será a la pequeña capilla de Santa Maria de la Roure de Tellet. Allí Michel nos explicará el conjunto, con el que él guarda una relación emocional e intelectual. Según Michel este conjunto, conservado aún detrás del retablo, le impactó tanto en su infancia que decidió dedicarse a la historia del arte. Este conjunto, además, fue objeto de su tesis fin de máster de historia del arte medieval. Las pinturas reflejan con mucha claridad una entrada en Jerusalén así como parte de un tetramorfos. Tienen la frescura del románico rural y el encanto de conservarse in situ en un estado similar al que han permanecido durante estos siglos, protegidos por un retablo como estaban las pinturas pirenaicas cuando fueron “descubiertas” a principios del S. XX. 

Seguimos nuestro periplo visitando el conocido conjunto románico de la iglesia prerrománica de Sant Martí de Fenollar. Por desgracia sus propietarios siguen prohibiendo que se hagan fotografías del conjunto. Los frescos, en buen estado de conservación, permiten ser apreciados a la altura de los ojos y ofrecen el ciclo de la Natividad y la visión celestial del Apocalipsis con sus 24 ancianos correspondientes. 

Acabamos el fin de semana en la encantadora Santa Maria o Sant Nazari de la Clusa. En esta iglesia, de tres naves, aún se conserva un importante fragmento de la Maiestas Domini en el ábside central con sus habituales Alfa y Omega. En Santa Maria aprovechamos para hacer la foto de grupo y las correspondientes despedidas emplazándonos a, quien sabe, una futura jornada similar para el próximo año, pero esta vez por el valle vecino del Conflent. 

Oscar Negredo. Socio 1661