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5. UN MUNDO EN EXPANSIÓN © FRANCISCO JAVIER OCAÑA EIROA |
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El Arte Románico fue favorecido en su expansión por factores básicos del mundo social de entonces que llegaron a ser sus padrinos sin haberse pedido padrinazgo, simplemente porque las cosas se desarrollaron así en aquellos momentos.
El aumento de la demografía de la época medieval ha tratado de ser explicado desde varios puntos de vista. Desde quienes opinan que la amenaza apocalíptica del fin del mundo en el año 1000 y la continuidad de la humanidad habían contribuido a una mayor procreación como fruto de una cierta seguridad, a quienes opinan que un cambio climático provocó una gran mejoría de las cosechas y la posibilidad de alimentar a nuevas bocas.
Lo cierto es que había más personas en el horizonte de la vida. También es cierto que se acompañó de la roturación de nuevas tierras de labradío y abandono de las ya agotadas, lo que suponía la reducción del bosque feudal y la aproximación de los campesinos a las riquezas naturales, lo que antes les había estaba vedado.
Los incipientes núcleos urbanos posibilitaron que la creación del excedente que se estaba produciendo en el campo tuviera mercado comprador entre los primeros burgueses que volvían a habitar las villas después de las despoblaciones anteriores.
Es evidente que así debió ser ese mundo medieval en auge, porque el aumento de población lleva indeclinablemente a que sus necesidades de obras públicas sean cubiertas, si es que la economía lo consiente. Si así no fuere se produce la miseria y la penuria más absoluta.
Pero existía un respaldo económico en esa sociedad que consentía no sólo en enriquecer a las clases sociales que siempre lo han hecho con la bonanza de las finanzas, sino respirar a los laboratores y emplear parte de sus rentas en la construcción de las nuevas iglesias románicas. Las necesidades culturales comenzaban a apremiar a gentes que creían ciertamente que debían gastar algo de sus rentas si querían comprar el cielo.
De este modo comenzó la gran aventura constructiva, a un ritmo tan acelerado que en esos años del Arte Románico se pueden contabilizar más de 2000 edificios en la Cataluña peninsular, una cifra superior en la actual Castilla y León, otros 1000 en Galicia, sin entrar en las cifras de las restantes regiones españolas.
![]() Construcción de una iglesia románica. |
Fue enorme su impacto emocional y ambiental. Encargos constructivos tan extensos no se volvieron a dar en la cristiandad, si bien es cierto que aquí hay que comprender que las artes de los siglos posteriores no necesitaron tantas iglesias porque estaban funcionado perfectamente las románicas. Además, las comunidades ciudadanas sucesivas podían ser mejor servidas con menos edificios, debido a la concentración de sus habitantes, y no a la dispersión de villas y aldeas.
Será ese crecimiento una inmensa manifestación artística, generalizada y diversa que sacude la Europa cristiana entre los siglos X y XIII.
Inmediatamente ha de rebasar fronteras para adaptar diferencias dentro de un estilo común, en el que el arquitecto está obligado a construir de esa forma, no por intuición si no por sometimiento a las peticiones que debía satisfacer si quería seguir trabajando, aunque la creatividad le permitiese tanto a él como a escultores y pintores realizar variantes de los modelos que se consideraban como primigenios.
Probaría ello que en ningún momento el Arte Románico estuvo anquilosado, sino que fue evolucionando según la inventiva de los artesanos que lo realizaban, pero dentro de un lenguaje común. El que durase tanto en el tiempo puede deberse a los ritmos lentos de las sociedades antiguas, que no fagocitaban tan aprisa las artes que creaban. No como en la realidad actual cuyo sentido de la creatividad va unido directamente al mercantilismo renovador del mundo moderno.
Por otra parte el triunfo del Arte Románico significaba entonces la progresiva modernidad y europeización frente a las culturas locales altomedievales que trataban de impedir tal progreso en beneficio de un mundo antiguo, rancio, arcaizante y enquistado en una resistencia inútil por planteamientos ya agotados. El rey Fernando I representa en Castilla uno de esos ejemplo de la lucha para vencer la resistencia de sus prelados y nobles a fin de poder introducir el Arte Románico en sus territorios.
Tras la victoria aparecería la visión de un nuevo mundo, físico e intelectual, donde tendrían mucho que ver las nuevas, pero clásicas, cúpulas de poder: reyes, nobles. abades, cabildos; pero poco el pueblo llano, que sólo contribuiría con numerario a la construcción de sus propias iglesias.
Unos decidían su construcción, otros lo hacían, y sólo ellos, los laboratores, las llenaban a plenitud los domingos.