Nunca resulta incómodo franquear de nuevo en coche el agobiante -eso sí- desfiladero de la Hermida, al que en cierta ocasión Benito Pérez Galdós se le ocurrió compararlo cual “esófago, porque al pasarlo se siente uno tragado por la tierra”. En nada exageró el novelista canario con su graciosa agudeza no exenta de ironía, como era habitual en él.
En su rauda carrera hacia el mar el río Deva abrió una brecha -no en línea recta, sino sinuosa para fastidio de los automovilistas- en su discurrir entre la dura y blanca caliza de sus peñascos.
Desde Puente Llés -donde comienza el mal trago- hasta Lebeña hay unos veinte kilómetros de recorrido. A los escritores románticos del siglo XIX, Mars Ross y Stonehewer les fascinó tanto el referido paso que escribieron en su libro de viajes “Las montañas de Cantabria”: “(…) no tiene comparación en el mundo entero. Ni el Simplón, ni el Yosemite, ni el Cañón del Colorado… ¡Y tan sólo a cuatro días de Inglaterra!”.
Todo lo referido no es más que un sabroso aperitivo previo a lo que vamos a contemplar en la misma jornada. Nada menos que una de las iglesias más seductoras de la época Alto Medieval: Santa María de Lebeña, de estilo mozárabe, con una antigüedad de diez siglos; y , a continuación, un agradable paseo por los invernales y bosques del entorno.
DESCRIPCIÓN DE LA ANDADURA
Partiremos de pueblo epónimo de la iglesia en dirección al barrio de El Valle. Continuaremos por una pista pizarrosa flanqueada por un encinar con constantes revueltas en continua ascensión y pasaremos por los invernales, donde los lugareños guarecían antaño el ganado en época estival. A medida que ascendamos tendremos como compañeros de fatiga las gigantescas moles pétreas de Peña Ventosa (1402 m) y Cueto Agero (1348 m). Una vez cruzado el arroyo Casares proseguiremos el descenso hasta el mismo lugar de partida. En total habremos recorrido unos cuatro kilómetros y medio. Es un trayecto sin apenas dificultad por pistas bien pavimentadas. Sólo existe un corto tramo, para acceder a los invernales, que lo recorreremos siguiendo un sendero abierto en la braña del puerto. Como anécdota añadamos que es el hábitat del alimoche, ave carroñera muy similar a la cigüeña.
Día: 27 de Abril
Lugar de Encuentro: Aparcamiento de la iglesia de Santa María.
Hora: 11:00 horas
Comida: Picnic
Para esta jornada no es necesario inscribirse. Sólo habrá que pagar la entrada a la iglesia (1,5 euros ó 1 según el número de asistentes). Nos atenderá la guía oficial, María Jesús, con muchos años ejerciendo su cargo.